miércoles, 16 de abril de 2014

Menú todoterreno en Madrigal

  Cuando en la llanura manchega aprieta el calor, lo hace con ganas.
  Con temperaturas alrededor de los 40 ºC y humedad que ronda el 15 % no queda mas remedio que enclaustrarse en casa en las horas de mas calor, darse un chapuzón en la piscina o huir como alma que lleva el diablo hasta el río mas cercano ya que la playa se encuentra como mínimo a 400 km.
  En esta huida muchos toledanos acaban en alguna de las gargantas de la zona de la Vera en Cáceres o de Candeleda en Ávila. "A la vera de Gredos", como dice la publicidad institucional.


  Salvo los fines de semana o festivos no suele ser una zona masificada, de tal manera que uno puede bañarse con cierta tranquilidad sin ser golpeado por otro bañista, una pelota o cualquier otro accidente y lo mismo pasa a la hora de la comida. Se puede comer en las mesas dispuestas a tal fin en el entorno, en algún restaurante o merendero cercano o lo mejor de todo: puedes ir al pueblo de Madrigal de la Vera y en la misma travesía comer en el Hostal Victoria- Restaurante Doña Conchi.
  La primera vez acabamos en este restaurante por casualidad, ¡cómo no!. El restaurante-merendero al que siempre íbamos estaba cerrado y no eran horas para andar buscando. Es un restaurante que abre todo el año y dependiendo de la estación y la afluencia de público se utiliza la terraza, el salón o ambos a la vez. En ambos espacios la carta, el menú y el precio es el mismo.
  El Doña Conchi es un restaurante "todo terreno"; es decir, allí coinciden lugareños, turistas, trabajadores de obras cercanas o comerciales en ruta.
  Es sobre todo un restaurante de menú del día, pero de un menú extraordinario por variedad (10 ó 12 platos de primero y otros tantos de segundo), calidad y cantidad. El precio es de 9 euros con postre y bebida y te invitan a un chupito. Si quieres hacer un "extraordinario" puedes pedir el menú especial que da a elegir entre chuletón, entrecot, paletilla de cordero o cochinillo y algo más por 20 euros.
  Hace apenas un mes hicimos una visita a este restaurante después de dar un paseo por el entorno de la garganta de Alardos, fuimos "a tiro hecho" y nos acomodamos en la terraza ya que la temperatura era agradable.
  Como primer plato tomamos paella y ensaladilla. La paella buena de sabor y gran tamaño pero con la maldición (comprensible) que sufrimos en estos días: "el arroz que no se pasa". Algún trozo de pollo, chirlas y exceso de pimiento para mi gusto, completaban el plato. La ensaladilla también de buen tamaño y sabor, con atún a modo de corona pero que también pecaba de exceso de pimiento rojo y aceitunas con hueso.

  Para los segundos optamos, con suerte desigual, por codillo y presa. El codillo realmente bueno de sabor y de punto de asado; acompañado de patatas panaderas con pimentón de la Vera (no podía ser de otra manera) y de un tamaño mas que importante. El secreto era de cerdo blanco (por 9 euros no vamos a pedir ibérico aunque no deberían anunciarlo como tal en el menú) y fue vilmente "achicharrado" en la plancha, acabando con la mínima infiltración de grasa que pudiera tener. D.E.P.


  Para los postres tomamos natillas con su galleta reglamentaria y mousse de chocolate bañada en sirope de chocolate. Nada que reseñar para bien, se ve que tiene poco aspecto "casero".

  Valoración: En esta ocasión no acertaron con el punto del secreto, pero es un sitio muy recomendable y al que volveremos mas pronto que tarde.





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